El síndrome del perrete al que le sueltan la correa

Tengo empezado un post (o una serie de posts, que aún no lo he decidido) del tipo serio y circunspecto y que me apetece muchísimo escribir. El problema es que hoy es uno de esos días, así que no puedo. Y no es que tenga la regla, que a estas alturas creo que es lo que me falta por tener, pero sí puede ser que tenga un desajuste hormonal.  Sí, chicas, soy un tío sensible.

A veces pasa que, sin una razón concreta o con muchas razones abstractas, uno tiene estados de ánimos curiosos. El de hoy se llama «perrete al que le sueltan la correa» y consiste en querer ir a todos sitios a la vez y acabar por no ir a ninguno. Y oye, acabo de tener una idea de por qué ocurre: creo que es un exceso de estímulos positivos. A saber: hace sol (esto en Londres no es baladí), he descubierto que mi nueva compañera de piso está muy buena, he puesto música (tampoco es ninguna tontería) y he recuperado la maleta que me dejé en Stansted descubriendo sus tesoros: una cerveza artesanal y conmemorativa, un simbólico cubo de Rubik y un traje y una camisa con mucho que contar.

Ahora lo que toca es decidir qué hacer, y una vez descartado el intercambiar las etiquetas de los botes de sal y azúcar, apedrear al gato del vecino y salir a comprar el pan desnudo con pintura de camuflaje en la cara, creo que no me queda otra que irme a dormir.

Buenos días.

¿Otro país es posible?

Hola, lectores del Vertedero (que a estas alturas debéis de ser ninguno). Tras mucho tiempo sin escribir, hoy me he despertado con una noticia que me ha llenado de optimismo y, por tanto, de ganas de publicar lo que pienso.No ha sido una decisión inmediata, ya que, después de tanto sin escribir un párrafo, estoy seguro de que la calidad de los de hoy va a ser bastante lamentable.

La citada noticia ha despertado varias reacciones en mi y, por una vez, todas positivas. A saber, y por orden: incredulidad, esperanza y optimismo. Y eso que va del gobierno y la escribe El País… Señoras y señores: «Rajoy publicará todos los contratos, subvenciones y sueldos públicos».

No voy a extenderme mucho, porque es casi la hora de irse a currar, pero voy a decir que esto, para mi, es un poco el colofón de una forma de hacer de este gobierno. No voy a entrar a valorar su actuación a nivel de medidas concretas o de ideología, pero no porque no quiera, sino porque hoy no tengo tiempo, y apoyar algo que haga el PP significa oleadas de gente con la vista nublada por la ira y echando espuma por la boca. Eso vamos a dejarlo para otro día en que tenga tiempo de elaborar.

Lo que sí me hace ser optimista es que, por primera vez, veo un gobierno con un objetivo y una hoja de ruta. Sí, queridos niños, eso que parece que debería ser lo lógico y normal, hace mucho que no pasa en esta monarquía bananera de país llamada España, Especialmente durante las anteriores dos legislaturas, que en este sentido son lo más lamentable que he vivido.

Lo bueno, además, de esta noticia es que el gobierno promueve una ley en la que se corta las alas a si mismo. Algo inaudito en España y que puede marcar el inicio del final de esa filosofía en la que la ocultación de información facilita la manipulación de las opiniones y la manga ancha de la clase política.

Sí, ya sé, que esto es todo optimismo y que luego vendrá el tío Paco con las rebajas. No hemos nacido ayer, así que ya veremos en qué termina esto, y si es el embrión de todo eso que me encantaría o no es un carajo; pero, por lo pronto, ya me ha alegrado el despertar. Ojalá podamos seguir discutiendo sobre el tema, porque significaría que no ha muerto.