The start of something beautiful

Esta es la canción que ha empezado a sonar cuando, tras despedirme en el tren de una compañera de trabajo, he encendido mi iPod para ir hacia el metro. Hoy en la oficina me han comunicado que no cuentan conmigo para 2010 .

En esta vida hay muchas cosas que empiezan y acaban, pero muy pocas marcan una época. El 31 de diciembre, presumiblemente, acabará una que empezó el 1 de este mes pero del 2006.  Y es que, aunque este no haya sido el trabajo de mi vida, es mucho lo que he vivido en él. A nivel laboral, ha habido experiencias realmente interesantes acompañadas de interminables jornadas sin nada que hacer. He visto a gente jugar con dinero público de forma escandalosa, chanchullos, mamoneos, incompetencia… de todo. Pero lo que ha marcado la diferencia ha sido a nivel personal: en el CPI dejo a la gente que ha sido mi principal apoyo durante estos nada fáciles años. Soy incapaz de hacer un resumen que haga justicia a la gran cantidad de anécdotas, frases, cervezas, abrazos y grandes momentos que han ocurrido por el simple hecho de haber estado ahí. En cambio, los momentos malos y decepciones puedo contarlos con unos pocos dedos. De estos momentos, sin embargo (ni duda), son de los que más he aprendido.

En el CPI se ha formado lo que empezó como los históricos, continuó como lobby y termina como núcleo duro, pero que lo que es realmente es un grupo de verdaderos amigos que ha ido formándose como tal sin que ninguno nos diéramos realmente cuenta. Creo que no soy el único que un día se encontró con que lo que habíamos creado era algo grande y especial. Algo que parece que alguien trata de empezar a arrebatarnos a partir de hoy.

Ahora mismo no sabría decir cómo estoy, pero no estoy triste. Al menos todavía no. Aún hay tiempo, y tengo la intención de aprovechar cada segundo de él y acabar esta época como se merece.

No hemos dicho nuestra última palabra.

Una respuesta

  1. Para cuando te haga falta: «Ánimo tío!»

Replica a Gregori Martínez Cancelar la respuesta